¿Qué tecnología de sistemas anti hurto debo utilizar para proteger mi negocio? Radiofrecuencia (RF) o Acusto (AM)?

Para poder dar una respuesta objetiva y completamente independiente de los intereses comerciales de los que dependen algunos fabricantes, resulta imprescindible abordar y comprender unos pocos principios técnicos básicos sobre los que se fundamenta cada opción.

También y antes de abordar esta cuestión, para aquellos lectores con larga experiencia en el mundo de los equipos anti hurto, mencionar que existe una tercera opción; los sistemas conocidos como “electromagnéticos” (EM) que por su ya escasa incidencia comercial y exigua presencia y oferta, no vamos a tratar aquí.

Desde el punto de vista tecnológico todos los equipos anti hurto disponibles, se basan en la emisión de una onda electromagnética por parte de un emisor (TX) y su recepción por parte de un dispositivo receptor (RX). Entonces, ¿cuál es la diferencia entre los equipos RF y los AM?  La respuesta es extraordinariamente simple:   Exclusivamente las características de la onda electromagnética transmitida.

Sin entrar en grandes detalles sobre la teoría del electromagnetismo, podemos afirmar que todas las ondas se caracterizan por su amplitud y su frecuencia, la primera definida por la potencia de la señal que está limitada por la regulación de cada país en materia de señales radioeléctricas y la segunda que estando también regulada, establece en el caso que nos ocupa la diferencia entre ambos sistemas. De tal modo que los sistemas denominados RF utilizan ondas a una frecuencia de 8,2 GHz y los equipos AM utilizan la frecuencia de 58 KHz.

Podemos extraer de forma inmediata una primera conclusión: Ambas opciones utilizan ondas electromagnéticas o de radiofrecuencia; no sólo los equipos llamados de RF, los AM también!!

Establecida esta primera consideración, ¿cómo se genera una alarma en caso de un intento de hurto? Sin ser una respuesta complicada, sí es necesario profundizar un poco más. Entre el emisor y el receptor se crea un campo magnético permanentemente presente, que al paso de un dispositivo (etiqueta rígida o de cualquier otro tipo) cuya frecuencia propia es idéntica a la transmitida por el emisor, entra en “resonancia” con ésta, lo cuál por medio de un circuito electrónico puede ser detectado y generándose una alarma que puede ser auditiva, visual o de cualquier otro tipo.

Este concepto, es absolutamente idéntico para ambos equipos RF y AM,  luego una vez más, nos preguntamos ¿dónde está la diferencia? Pues precisamente en la frecuencia que cada una de estas dos opciones utiliza.

Así las cosas, no sería admisible aseverar que una frecuencia es mejor que la otra y por tanto un sistema mejor que el otro; cada uno tiene sus ventajas e inconvenientes; sin embargo, lo que sí podemos es aportar alguna luz respecto al comportamiento de las ondas según la frecuencia:

A menor frecuencia, las ondas electromagnéticas consiguen en general tener mayor capacidad de penetración a través de los objetos,  menor atenuación de la señal al atravesarlos y mayor capacidad para doblarse a través de los objetos que no pueden atravesar (como el agua por ejemplo).

La conclusión que desde un punto de vista objetivo y de forma totalmente independiente de los mensajes que lanzan los fabricantes de equipos, totalmente proclives por otra parte a defender las ventajas de la tecnología por la que han optado, es que la elección de una u otra opción debería basarse en aspectos tales como:

• Tipos de dispositivos de protección disponibles en RF y en AM, asociado directamente al tipo de productos a proteger. (ver ejemplos consumibles RF y AM)

En este sentido según el sector al que se dedica el minorista, son determinantes los consumibles disponibles en cada caso; por ejemplo para el sector perfumería resultaría en principio más adecuada la opción AM, mientras que en el de la confección resultaría indiferente una u otra opción.

• Distancia entre antenas necesaria en función de la configuración de entrada del establecimiento.

En el caso de grandes distancias a cubrir, y al objeto de instalar el mínimo número de antenas, la opción AM resulta en general más conveniente, precisamente por la mayor cobertura y alcance conseguido con emisiones de baja frecuencia.

• Tipo de ruido radioeléctrico existente en cada entorno de tienda en particular

En ambientes con muchos elementos metálicos resultaría igualmente mejor opción el AM por ser algo menos sensible a las interferencias y ruidos causados por estos elementos. Así por ejemplo, en una ferretería resultaría poco recomendable la utilización de la tecnología RF.

Estas líneas pretenden ofrecer una orientación respecto a los factores a tener en cuenta en el momento de elegir una opción u otra eliminando el posible efecto distorsionador que causan algunos argumentos comerciales con escasa o ninguna base técnica lanzados por algunas marcas fabricantes de equipos. En cualquier caso, ante la necesidad de elegir la mejor opción para cada caso, lo idóneo es plantear el caso concreto a los profesionales de confianza y tener presente que la mejor opción en un caso no tiene por qué ser necesariamente también la mejor para el nuestro .